El 23 de junio, la Cámara de Senadores aprobó la modificación del artículo 60 Bis de la Ley General de Vida Silvestre, que significa la prohibición del uso de mamíferos marinos en espectáculos fijos o itinerantes, y de su reproducción en cautiverio excepto con fines de conservación, reintroducción o investigación científica.
En un comunicado, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) “celebró que se pone fin a décadas de explotación comercial y lamentó que numerosos mamíferos marinos siguen en cautiverio por egoísmo y lucro, sin justificación más que el espectáculo del sufrimiento”.
La medida aprobada por unanimidad con 99 votos a favor, 0 en contra y 0 abstenciones determina que los propietarios de estas instalaciones tienen 90 días para presentar un inventario ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y actualizar sus planes de manejo de los animales confinados. Estos deberán permanecer en los sitios donde se encuentran registrados bajo estrictas condiciones de trato digno por el resto de su vida, ya que al llevar tanto tiempo en cautiverio, no sobrevivirían si fueran puestos en libertad.
Al tomar el estrado durante la sesión, Karen Castrejón, Senadora y Dirigente Nacional del PVEM declaró:
“Hay que reconocer que el bienestar animal debe estar por encima del lucro o el entretenimiento. Es entender que las especies marinas no son herramientas para el espectáculo, sino parte fundamental de los ecosistemas que debemos preservar”.
La reforma se votó con la reserva, es decir la propuesta de modificación, que la Senadora Maki Ortiz había presentado para que estos animales no participen en actos acrobáticos, que se restrinja el contacto humano a espacios supervisados y que los incumplimientos generen multas de hasta 8.5 millones de pesos, lo que según Ortiz, coloca a México como referente en la defensa de la vida marina.
La decisión llega después de que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) impusiera el mes pasado una denuncia penal y clausura definitiva a Dolphinaris Barceló por diversas irregularidades. Estas se revelaron después de que la ciudadanía y organizaciones de defensa animal presionaran a la dependencia para que investigara el perturbador caso de un delfín llamado Mincho, el cual se impactó contra el concreto durante un espectáculo en una reducida alberca del delfinario del hotel Barceló en la Riviera Maya.

La semana pasada, Semarnat reportó haber dialogado con Empty The Tanks tras una manifestación pacífica en las afueras del recinto en la que Selene Tejeda, directora de esta organización, advirtió que desde hace dos décadas no se había legislado a favor de animales marinos.
Hasta ahora, México se encontraba entre las naciones con cifras más altas de delfines en cautiverio, que puede extenderse por más de 40 años al tratarse de una especie longeva. Ahora se une a otros 18 países que han prohibido el cautiverio de delfines, de acuerdo con la organización Océanos de Vida Libre.
El 26 de junio, el proyecto obtuvo la aprobación final en la Cámara de Diputados.